En esta oportunidad conversamos con María José Ureta Fagalde, Ingeniera Ambiental de la Universidad Andrés Bello, diplomada en Economía Circular, Ecodiseño y Cambio Climático de la Universidad de Chile, y con Camila Ahrendt, Bióloga Marina y Máster en Biología Marina y especialista en Contaminación Marina de la Universidad Andrés Bello, ambas Co fundadoras de la Fundación Acción Natural.
“Generamos educación ambiental a través de materiales audiovisuales e instancias colaborativas entre las personas, para acercar a la ciudadanía conductas medioambientales, culturales y socioambientales”.
María José Ureta
¿Cómo nace la motivación en la creación de la Fundación Acción Natural?
Nace desde la reflexión de que creemos que gran parte de nuestros problemas y conflictos socioambientales, comienzan a raíz de nuestra desconexión y desconocimiento de nuestro entorno. Por ello, quisimos salir de la caja, y buscar nuevas formas de acercar todo aquello que no conocemos, o no sabemos, con respecto a nuestros ecosistemas naturales y sociales, desde una manera atractiva, innovadora y diferente.
La idea que más nos entusiasmó fue el desafío de llegar a aquellos que no necesariamente estén dentro del mundo de la conservación, ciencia o medio ambiente, si no que llegar a un público diferente, integrando lo interdisciplinario, desarrollando contenido desde lo audiovisual, la ciencia e investigación, la música, la cultura, el trabajo colectivo, entre otros. Estamos convencidas de que, como sociedad, a medida que vayamos aprendiendo y conociendo más sobre el valor y riqueza que existe en nuestros entornos naturales y, además, cómo aquello impacta de manera tan positiva en nuestro entorno social, podremos ir movilizando un cambio individual en las personas en pro de la protección, respeto y empatía por lo que nos rodea.
¿Qué inspiró la vocación de las integrantes de la Fundación?
María José Ureta nos cuenta “en mi caso, fue en un viaje, en donde me tocó ir de intercambio a un colegio en Nueva Zelanda. Hasta ese entonces nunca había salido de Sudamérica, y no conocía otros contextos culturales. Crecí en Santiago de Chile, un lugar en el cual siempre ha sido completamente normal vivir con altos índices de smog, en donde el río más emblemático de la ciudad, era conocido por ser sucio e insalubre. Una ciudad que cuando salía por la carretera sentía el mal olor producto de la industria o podía ver vertederos ilegales llenos de basura por todos lados. Pero todo eso era normal y común. Por lo tanto, yo pensaba que vivir con contaminación era algo que debíamos asumir por el hecho de desarrollarnos.
Cuando llegué a Nueva Zelanda, no pude evitar el sorpresivo impacto de ver cómo todo era tan limpio, tan sano. Ahí conocí por primera vez las energías renovables y el reciclaje. Veía la conducta de las personas tan distinta, tan conectadas con sus raíces. Los aborígenes del país eran completamente parte del desarrollo, había mucha consciencia de la importancia de la naturaleza, del cuidar nuestros hábitos cotidianos. Quedé impactada, pero a la vez me abrió una ventana de luz impresionante. Ahí me di cuenta que sí las cosas se podían hacer distintas, y que somos parte del problema muchas veces por ignorancia. Por esa razón, cuando volví a Chile busqué una carrera que me permitiera aprender sobre cómo poder mejorar los procesos y la forma en que estábamos haciendo las cosas, y de esta manera, dejar mi aporte en el mundo.
Camila Ahrendt en tanto nos menciona que “hubo un llamado fuerte en mi interior desde mis primeros años de vida. El conectarme con el olor a mar, con las olas y sus animales han sido desde mi primera infancia una fascinación y parte de mis recuerdos más alegres. Cuando era niña las playas estaban limpias y vivíamos un estilo de vida mucho más lento que en la actualidad. En estas 3 décadas he visto el cambio que como sociedad hemos tenido y mantenido, donde la principal afectada es sin duda la naturaleza y sus distintos e innumerables ecosistemas. Yo escuché un llamado interno profundo y potente y quise estudiar biología marina para ir conociéndolo más y mejor, todo esto para ofrecer mi ayuda de por vida a su conservación, restauración y dignidad. Ese camino me ha llevado por experiencias y aventuras que nunca pensé vivir. Es enriquecedor toda la retribución que recibes cuando pones al servicio tus dones, en una misión que se transforma en mi misión de vida.
¿Qué diferencia la Fundación Acción Natural a otras relacionadas a la conciencia ambiental?
Uno de los factores diferenciadores de nuestra fundación, es que buscamos romper esquemas en la manera de entregar el contenido. Uniendo la ciencia e investigación, con la educación ambiental territorial y las distintas maneras de expresión cultural que existen. El despliegue territorial es algo que también es un elemento clave, ya que nos permite facilitar el trabajo en colectivo y de manera cercana con los contextos naturales y sociales. permitiéndonos estar realmente en contexto dentro de los distintos territorios y necesidades locales.
¿Cuál es su visión a largo plazo?
Por el momento nuestro primer desafío es que la gente nos conozca como fundación, que sepan quiénes son las personas que estamos detrás de esto y generar comunidad.En el largo plazo, nuestra fundación tiene la visión de transformarse en una fuente de información, una herramienta de educación y de divulgación científica confiable que pueda servir para enseñar, informar y transmitir conocimientos acerca de la importancia de los ecosistemas y nuestro impacto sobre ellos.
¿De qué manera otras personas, profesionales o comunidades pueden transformarse en agentes de cambio según su perspectiva?
Creemos que todo tiene que ver primero con el conectarnos con nosotr@s mismo@s. ¿Cómo vamos a ser capaces de cuidar nuestro entorno o ser empátic@s con otros seres vivos, si no partimos primero haciéndolo con nosotros mism@s? Y en segundo lugar, es clave que podamos aprender y conocer más sobre lo que nos rodea, sobre la naturaleza, sus ritmos, sus necesidades, sus dones. Entender cuál es su real valor y por qué tiene el total y completo derecho de co-existir a la par con nosotr@s los seres humanos. Necesitamos reorientar esta mirada tan antropocéntrica que tenemos de las cosas y de nuestra posición en el planeta, porque nuestro planeta no está al servicio del ser humano, sino que somos tod@s parte de una misma red en la que nos retroalimentamos de manera colaborativa, tal como ocurre en todos los ecosistemas, sin excepción.
¿Cuáles son los principales desafíos medioambientales que crees que tiene el gobierno del Presidente Gabriel Boric?
Poner a las necesidades de la naturaleza en un lugar más prioritario. Tomar la experiencia de gobiernos anteriores para ir trazando un camino concreto de cambios positivos en temas socioambientales. Impulsar una visión que una las necesidades del avance económico propio de estos tiempos con el cuidado de los recursos y los ecosistemas, ya que no hay avance económico sin las materias primas que ofrece la naturaleza.
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